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Planta del proyecto de Islandia. Créditos: Climework

Islandia líder en innovación: así es la primera planta que captura CO2 y lo convierte en roca

Por: Zoe Weinert
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Islandia va un paso adelante del resto del mundo con este sistema pionero en la captura de CO2 atmosférico y su almacenamiento subterráneo.

En lo alto de una formación de lava volcánica solidificada hace milenios, en las afueras de Reikiavik, la capital de Islandia, se encuentran lo que parecen ser varios grandes aires acondicionados, del tamaño de contenedores de carga, rodeando un edificio.

Esta peculiar escena, que añade un toque final a un paisaje que parece sacado de otro mundo, es única no solo por su aspecto, sino por su función: es el primer sistema viable en el mundo para capturar CO2 del ambiente y almacenarlo bajo tierra.

Planta del proyecto de Islandia. Créditos: Climework
Planta del proyecto de Islandia. Créditos: Climework

El proyecto fue desarrollado por la compañía suiza Climeworks con la idea de que "para lograr realmente el objetivo de cero emisiones netas globales, necesitamos soluciones para la captura de dióxido de carbono del aire". Es el primero de su tipo en funcionamiento en la actualidad.

La BBC, visitó las instalaciones de la planta conocida como Orca, en Hellisheiði, Islandia, que actualmente retira 4.000 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a las emisiones de 900 autos de gasolina.

Islandia: un país pionero en tecnología sustentable

Lo que parecen ser aires acondicionados son en realidad un gran número de ventiladores organizados unos encima de otros. Estos ventiladores toman el aire del ambiente y capturan el CO2 que contiene a través de filtros.

Es la primera parte de un proceso sorprendentemente simple que podría convertirse en una herramienta importante en la lucha contra el cambio climático.

Pero la premisa más importante del proyecto, según explicó a la BBC la representante de Climeworks, Bryndis Nielsen, es que la captura de CO2 del aire no pretende sustituir las medidas de reducción de emisiones.

Ejemplo de la planta del proyecto de Islandia. Créditos: Climework
Ejemplo de la planta del proyecto de Islandia. Créditos: Climework

"Necesitamos tener un papel activo en limpiar todo el desastre que hemos venido dejando desde que empezó la revolución industrial", explica Nielsen, "pero no estamos aquí para reemplazar la reducción de emisiones".

La principal razón por la cual esta tecnología sola no es suficiente para abordar los riesgos del cambio climático es la capacidad de una planta como Orca.

Aunque pueda sonar impresionante que una sola planta pueda absorber 4.000 toneladas de CO2 al año, las emisiones mundiales alcanzaron las 37,4 gigatoneladas (37 mil millones de toneladas) en 2023.

"Necesitamos estar capturando gigatoneladas para 2050, y para lograrlo, necesitamos empezar ahora", dice Nielsen.

Por eso, el siguiente proyecto de la compañía, llamado Mammoth, es casi diez veces más grande que Orca.

¿Por qué Islandia?

Islandia. Créditos: Getty Images
Islandia. Créditos: Getty Images

El clásico de la literatura de ciencia ficción "Viaje al centro de la Tierra" lanzó la exitosa carrera de Julio Verne en 1864, considerado por muchos como el padre de la ciencia ficción.

En la historia, los lectores acompañan al doctor Otto Lidenbrock y su compañía en un increíble viaje que comienza en los muy activos volcanes de Islandia.

Esa intensa actividad volcánica es la razón principal por la que Climeworks elige montar sus plantas en esta isla, ubicada en el borde de las placas tectónicas de América y Eurasia.

Además de proporcionar energía geotérmica limpia y sin emisiones de gases de efecto invernadero, la actividad volcánica en Islandia significa que sus subsuelos están compuestos principalmente de basaltos, rocas volcánicas porosas que son el recipiente perfecto para el CO2 atmosférico.

El gas capturado por los ventiladores modulares se mezcla con agua y se envía a través de tuberías a una estructura similar a un domo que sobresale de la superficie, operada por otra compañía llamada CarbFix. Aquí, se inyecta bajo presión a 2 km bajo tierra, donde reacciona con los basaltos y se calcifica el CO2 por millones de años.

 

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